@freeasabird_96 y @Eireann1911: El otro día, paseando bajo un nublado y lloroso día, me apeteció una tarde de manta y café en mano acompañada de buena música. Es lo que tienen los días de invierno, que invitan a la reflexión y hace que uno no se conforme con cualquier compañero musical. No basta con una pegadiza melodía y la habitual letra sobre el desamor, ni siquiera te conformas con tus cantantes de siempre, aquellos que sueles escuchar en tus ratos libres. Es entonces cuando el cuerpo te pide un momento de calma y que mejor para ello, que pinchar un vinilo de Leiva, y esperar su efecto deseado.
Leiva, José Miguel Conejo, acaba de lanzar su segundo álbum en solitario: Pólvora. Cuando Pereza se disolvió hace unos años, ya empezamos a advertir la madurez del cantautor. En Diciembre, su primer álbum, las letras adquirieron matices anecdóticos, que ya dejaban ver el gran cambio que estaba sufriendo el músico, y que ha culminado con Pólvora, que salió a la venta el 28 de enero. Según declaraciones recientes a la Rolling Stone, Leiva confiesa que su falta de imaginación para crear historias le ha llevado a llenar Pólvora de sus situaciones personales, a lo que él llama su “dinamita interna”.
Pero lejos de presentar letras mundanas, el compositor pone música a auténticas poesías que van desde un verdadero y necesario homenaje al gremio en Los cantantes nunca mueren, hasta las segundas oportunidades y las duras decisiones en Cerca y Francesita. Y es que no todo son rupturas y decepciones en su obra, ya que también hay lugar para un mensaje positivo que nos anima a seguir hacia delante como bien expresa en Nunca nadie: «¡Que los vientos no traigan siempre un nudo en la garganta!» También hay momentos para interiorizar y reflexionar buscando puntos de apoyo diferentes, como en Hoy no me encuentro: «A veces todo se hace bola y nada es como queremos…me busco en otra dimensión».
En conclusión, Leiva es un músico, cantante y compositor que llena esos momentos vacíos no solo con hermosas melodías sino lo más importante, con letras grandiosas, desde las más atrevidas como Ciencia ficción hasta las más personales y melancólicas como Pólvora. Nos hace reflexionar sobre los duros tiempos, en los que podemos buscar la ayuda y el apoyo en otras dimensiones. Y por ello y por ganarse un hueco en esos días llorosos, Leiva merece ser escuchado.