Semana del 12 de noviembre al 17 de noviembre de 2012

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Lunes

(Lc 17, 1-6):En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
-«Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca!
Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar.
Tened cuidado.
Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: “Lo siento”, lo perdonarás.»
Los apóstoles le pidieron al Señor:
-«Auméntanos la fe.»
El Señor contestó:
-«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:
“Arráncate de raíz y plántate en el mar.”
Y os obedecería.»

Martes

(Lc, 17, 7-10):En aquel tiempo, dijo el Señor:
-«Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo,
¿quién de vosotros le dice:
“En seguida, ven y ponte a la mesa”?
¿No le diréis:
“Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y
beberás tú”?
¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo
vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid:
“Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer. “ »

Miércoles

(Lc 17, 11-19):Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo,
vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:
-«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.»
Al verlos, les dijo:
-«ld a presentaros a los sacerdotes.»
Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió
alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.
Éste era un samaritano.
Jesús tomó la palabra y dijo:
-«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto
más que este extranjero para dar gloria a Dios?»
Y le dijo:
-«Levántate, vete; tu fe te ha salvado.»

Jueves

(Lc 17, 20-25):En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el reino de Dios Jesús les
contestó:
-«El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque
mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros.»
Dijo a sus discípulos:
-«Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el Hijo del hombre, y no podréis.
Si os dicen que está aquí o está allí no os vayáis detrás.
Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre
en su día.
Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación.»

Viernes

(Lc 17, 26 – 37): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían y se
casaban, hasta el día que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos.
Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el
día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos.
Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre.
Aquel día, si uno está en la azotea y tiene sus cosas en casa, que no baje por ellas; si uno está en el
campo, que no vuelva.
Acordaos de la mujer de Lot.
El que pretenda guardarse su vida la perderá; y el que la pierda la recobrará.
Os digo esto: aquella noche estarán dos en una cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán;
estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán. »
Ellos le preguntaron:
-«¿Dónde, Señor?»
Él contestó:
-«Donde se reúnen los buitres, allí está el cuerpo.»

Sábado

(Lc 18,  1-8):En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desani-
marse, les propuso esta parábola:
-«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle:
“Hazme justicia frente a mi adversario.”
Por algún tiempo se negó, pero después se dijo:
“Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, corno esta viuda me está fastidiando, le haré
justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara. “»
Y el Señor añadió:
-«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y
noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del
hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»

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