@jjaldogomez: Las primeras líneas de este breve artículo no pueden ser sino para desear una feliz Pascua de Resurrección a todos los lectores y amigos de Al tercer día. Dios vuelve a resucitar, como cada año, como cada día, como cada momento… Nos da la oportunidad de recomenzar, de encontrarnos con Él. Aprovechémoslo… Dios se muestra en cada realidad de la vida, sólo hay que tener el oído del alma presto y dispuesto para escuchar como nos llama, como nos alienta, como nos sostiene, como nos espera, como nos transporta… Como nos AMA.
Dios está siempre ahí. Incluso en la religiosidad popular, por eso, me gustaría hacer unas matizaciones al artículo que hace unos días publicaba @bearubis en este mismo foro. Sin ánimo de entrar en absurdas polémicas, que no tienen sentido, y compartiendo muchos de los aspectos que comenta Bea, por ejemplo el hecho de que la Semana Santa, como otros muchos instantes de las fechas religiosas del calendario, tienen que ser días para vivirlos desde la espiritualidad y la reflexión, no podemos sin embargo rechazar otra forma más del sentimiento religioso, como son las muestras de la religiosidad popular. La procesiones de Semana Santa, como cualquier otra en otro momento, son también oraciones. No lo olvidemos. Nacen desde lo más íntimo del sentimiento de la persona, de su amor a Dios, y merecen siempre respeto. Es demagogia pretender enlazar la meteorología con los deseos de Dios o con lo que realmente quiere. No podemos caer en ese tipo de consideraciones para intentar aliar a Dios con nuestra forma de entender la fe. Sería un grave error.
La fe es algo personal, como lo es el encuentro con Dios. Ni el nuestro es el correcto ni deja de no serlo. Es sólo eso, el nuestro. Cada persona es un mundo. Entrar en valorar la forma de encontrarse con Dios es demasiado presuntuoso. Hay que respetar como se acerca cada cristiano a Dios y, a ser posible, compartir ese encuentro. Que hay cosas que pueden mejorarse en las muestras de la religiosidad popular es totalmente cierto, que muchas veces se tornan en sólo folklore, también lo es, pero eso ya depende de cada individuo y no olvidemos que Dios nos hizo libres. Libres para acertar, libres para equivocarnos, y libres para seguirlo. Todos los caminos conducen a Roma, y no son pocos los caminos que llevan a Dios. El de la religiosidad popular es uno de tantos. Respetémoslo.